Acerca de nosotros
Me llamo Ilse Jochems y tengo 23 años. Estudié en la Universidad de Ciencias aplicadas HAS y al finalizar mis estudios me incorporé al vivero de mi familia, por lo que actualmente trabajo aquí y, a tiempo parcial, doy clases de formación preprofesional (VMBO), es decir, enseño a estudiantes de entre 12 y 16 años sobre temas del sector hortícola.
El vivero tiene 10 hectáreas de plantas en contenedores, principalmente Pieris, Hebe, coníferas y hierbas. Una amplia gama de variedades. Además, mi tío tiene un vivero en un pueblo cercano y nuestros dos viveros juntos tienen una empresa comercial llamada About Plants Zundert b.v. About Plants Zundert b.v. comercializa nuestros productos y los de otros viveros de la zona. Esto nos permite garantizar el comercio diario y aumentar aún más nuestra gama de productos. La mayoría de nuestros clientes son centros de jardinería y paisajistas, tanto en los Países Bajos como en el extranjero.
¿Por qué decidió entrar en la empresa familiar?
Creo que siempre me ha gustado el vivero. He pasado tiempo en el vivero desde que era muy joven, cuando estaba en casa después del colegio o durante las vacaciones, construyendo casetas con cajas en el invernadero. A los 13 o 14 años empecé a ayudar los sábados y durante las vacaciones escolares. A mitad de la secundaria ya tenía claro que iba a estudiar horticultura y agricultura, así que fue entonces cuando me decanté por las plantas. Hasta el último semestre en la universidad HAS, pensaba dedicarme directamente al negocio familiar cuando terminara mis estudios, pero entonces me llamó la atención un correo electrónico sobre la oportunidad de ser profesora, una idea que me atraía mucho. Ahora que soy profesora a tiempo parcial, me encanta hacer que los niños se apasionen por temas ecológicos, como la propagación de plantas, el paisajismo, convertirse en florista, y las plantas en general, pero nunca podría hacer esto a tiempo completo. Estoy encantada de hacerlo a tiempo parcial. Con el tiempo, mi plan es dedicarme por completo al vivero, y dejar de dar clases en el colegio, ¡eso es lo que realmente quiero! No obstante, está bien adquirir experiencia, trabajar para otro jefe, conocer gente nueva y aprender cosas nuevas. Tampoco significa que vaya a dejar de dar clases por completo. Con suerte, en el futuro daré clases en mi propia aula en nuestro vivero, a mis propios alumnos de todas las edades.
A partir del año que viene (2022) haré un máximo de 2,5 días a la semana de docencia y el resto trabajaré en casa, en el vivero. Mi hermano menor también volverá a casa, actualmente es paisajista, pero él y yo llevaremos juntos el vivero en el futuro. Todavía tenemos que resolver muchas cosas como, por ejemplo, cómo se repartirá la carga de trabajo. Pero él no es un tipo de interior, así que es posible que parte del trabajo de oficina recaiga automáticamente en mí, pero ya veremos. Con mis conocimientos, también me podría encargar de la parte de la producción de plantas, que también me parece muy interesante. Pero siendo realistas, viendo cómo llevan el negocio actualmente mi madre y mi padre, es demasiado para una sola persona llevar la producción, las finanzas, las ventas y todo lo demás. Así que nos dividiremos el trabajo entre nosotros.
¿Qué fue lo primero que cambió?, ¿por qué?
Como profesora, puedo ver de primera mano que no tendremos suficiente gente en el sector hortícola en un futuro próximo. Durante años tampoco tuvimos jóvenes trabajando en nuestro vivero. Ahora tengo un grupo de quince adolescentes que vienen los sábados, y no, ni siquiera son todos estudiantes de horticultura, tenemos uno que quiere ser enfermero, otro carpintero, ¡y hasta uno que quiere ser peluquero! Creo que debemos dejar que los jóvenes experimenten el trabajo en un vivero, tienen que saber lo que es, si no, nunca podrás contratar a gente realmente buena. Existen muchos prejuicios sobre el sector hortícola. La gente cree que trabajamos todo el día a la intemperie, bajo el frío y la lluvia, en la arcilla, y con barro hasta las rodillas.
Con la asociación de viveros en nuestra región, TreePort, pusimos en marcha una campaña llamada “Groen; Zeker doen!” el pasado verano. Entrevistamos y filmamos a quince jóvenes profesionales que trabajan en el sector hortícola, y no solo a jóvenes productores. Queremos mostrar todos los aspectos del sector verde, hay mucho más que “solo plantas”, hay tecnología, automatización y mecanización, innovación, marketing, ventas... Todo esto forma parte del trabajo “en lo verde” y solo unos pocos se dan cuenta de esto. Eso es lo que nos gustaría cambiar. Tenemos que conseguir que más jóvenes se interesen por nuestro sector.
En relación más directa con nuestro vivero y los procesos empresariales, he empezado a mejorar algunas cosas, poco a poco. Cosas relativamente pequeñas, ante las que la primera reacción de mi padre suele ser “no, eso no está bien”, pero luego lo probamos y nos hace trabajar de una manera más eficiente, como la reorganización de la sala donde preparamos los pedidos. Al final, mi padre admite que, en realidad, sí que funciona mejor así. Ya tenemos un certificado MPSA+ y estoy trabajando para conseguir un certificado de calidad MPS-GAP, así que pronto se llevará a cabo una auditoría en este sentido. Estas son cosas en las que mis padres posiblemente no pensaron en el pasado, pero en las que debemos pensar ahora, para el futuro.
¿Qué le depara el futuro?
Creo que todavía hay espacio para expandirse un poco, para que el negocio crezca más. Mi padre solía decir que no quería expandirse, pero en cambio, ahora, sí quiere crecer. En la Universidad HAS me enseñaron que el estancamiento significa el declive en un negocio como el nuestro. Por lo tanto, me alegro de que aparentemente mi padre haya cambiado de opinión. Espero que tengamos muchas conversaciones sobre el futuro el año que viene, especialmente cuando mi hermano Ruud también esté en casa. Mis padres ya me hacen partícipe de los proyectos más importantes, por ejemplo, estamos pensando en construir un nuevo almacén, así que revisamos juntos los planos del arquitecto. Mi padre y mi madre construyeron este negocio desde cero, así que para ellos es difícil dejar que otros se ocupen de sus tareas, aunque mi padre lo lleva peor que mi madre. No obstante, con una comunicación abierta y hablando las cosas, estoy segura de que lo solucionaremos.
En el futuro, también me gustaría que nuestra gama de productos fuera lo más atractiva posible. Tenemos bastantes plantas especiales, patentadas, variedades que no se pueden encontrar fácilmente en ningún otro lugar. Es posible que tengamos que revisar nuestro surtido actual y hacer algunos cambios como, por ejemplo, tenemos 30 variedades de Pieris, ¿tenemos que mantener las 30? Podríamos añadir algo más, algo nuevo y emocionante. Mi mayor esperanza o sueño es crear mi propia variedad de planta y comercializarla. Sería fantástico.
Generaciones: Ilse Jochems, 23 años, 2ª generación
Vivero: Jochems-Van Opstal, Países Bajos
Todavía tenemos que resolver muchas cosas como, por ejemplo, cómo se repartirá la carga de trabajo.“
PÁGINA WEB
Todavía tenemos que resolver muchas cosas como, por ejemplo, cómo se repartirá la carga de trabajo.“
Vivero: Jochems-Van Opstal, Países Bajos
Generaciones: Ilse Jochems, 23 años, 2ª generación
PÁGINA WEB
Acerca de nosotros
Me llamo Ilse Jochems y tengo 23 años. Estudié en la Universidad de Ciencias aplicadas HAS y al finalizar mis estudios me incorporé al vivero de mi familia, por lo que actualmente trabajo aquí y, a tiempo parcial, doy clases de formación preprofesional (VMBO), es decir, enseño a estudiantes de entre 12 y 16 años sobre temas del sector hortícola.
El vivero tiene 10 hectáreas de plantas en contenedores, principalmente Pieris, Hebe, coníferas y hierbas. Una amplia gama de variedades. Además, mi tío tiene un vivero en un pueblo cercano y nuestros dos viveros juntos tienen una empresa comercial llamada About Plants Zundert b.v. About Plants Zundert b.v. comercializa nuestros productos y los de otros viveros de la zona. Esto nos permite garantizar el comercio diario y aumentar aún más nuestra gama de productos. La mayoría de nuestros clientes son centros de jardinería y paisajistas, tanto en los Países Bajos como en el extranjero.
¿Por qué decidió entrar en la empresa familiar?
Creo que siempre me ha gustado el vivero. He pasado tiempo en el vivero desde que era muy joven, cuando estaba en casa después del colegio o durante las vacaciones, construyendo casetas con cajas en el invernadero. A los 13 o 14 años empecé a ayudar los sábados y durante las vacaciones escolares. A mitad de la secundaria ya tenía claro que iba a estudiar horticultura y agricultura, así que fue entonces cuando me decanté por las plantas. Hasta el último semestre en la universidad HAS, pensaba dedicarme directamente al negocio familiar cuando terminara mis estudios, pero entonces me llamó la atención un correo electrónico sobre la oportunidad de ser profesora, una idea que me atraía mucho. Ahora que soy profesora a tiempo parcial, me encanta hacer que los niños se apasionen por temas ecológicos, como la propagación de plantas, el paisajismo, convertirse en florista, y las plantas en general, pero nunca podría hacer esto a tiempo completo. Estoy encantada de hacerlo a tiempo parcial. Con el tiempo, mi plan es dedicarme por completo al vivero, y dejar de dar clases en el colegio, ¡eso es lo que realmente quiero! No obstante, está bien adquirir experiencia, trabajar para otro jefe, conocer gente nueva y aprender cosas nuevas. Tampoco significa que vaya a dejar de dar clases por completo. Con suerte, en el futuro daré clases en mi propia aula en nuestro vivero, a mis propios alumnos de todas las edades.
A partir del año que viene (2022) haré un máximo de 2,5 días a la semana de docencia y el resto trabajaré en casa, en el vivero. Mi hermano menor también volverá a casa, actualmente es paisajista, pero él y yo llevaremos juntos el vivero en el futuro. Todavía tenemos que resolver muchas cosas como, por ejemplo, cómo se repartirá la carga de trabajo. Pero él no es un tipo de interior, así que es posible que parte del trabajo de oficina recaiga automáticamente en mí, pero ya veremos. Con mis conocimientos, también me podría encargar de la parte de la producción de plantas, que también me parece muy interesante. Pero siendo realistas, viendo cómo llevan el negocio actualmente mi madre y mi padre, es demasiado para una sola persona llevar la producción, las finanzas, las ventas y todo lo demás. Así que nos dividiremos el trabajo entre nosotros.
¿Qué fue lo primero que cambió?, ¿por qué?
Como profesora, puedo ver de primera mano que no tendremos suficiente gente en el sector hortícola en un futuro próximo. Durante años tampoco tuvimos jóvenes trabajando en nuestro vivero. Ahora tengo un grupo de quince adolescentes que vienen los sábados, y no, ni siquiera son todos estudiantes de horticultura, tenemos uno que quiere ser enfermero, otro carpintero, ¡y hasta uno que quiere ser peluquero! Creo que debemos dejar que los jóvenes experimenten el trabajo en un vivero, tienen que saber lo que es, si no, nunca podrás contratar a gente realmente buena. Existen muchos prejuicios sobre el sector hortícola. La gente cree que trabajamos todo el día a la intemperie, bajo el frío y la lluvia, en la arcilla, y con barro hasta las rodillas.
Con la asociación de viveros en nuestra región, TreePort, pusimos en marcha una campaña llamada “Groen; Zeker doen!” el pasado verano. Entrevistamos y filmamos a quince jóvenes profesionales que trabajan en el sector hortícola, y no solo a jóvenes productores. Queremos mostrar todos los aspectos del sector verde, hay mucho más que “solo plantas”, hay tecnología, automatización y mecanización, innovación, marketing, ventas... Todo esto forma parte del trabajo “en lo verde” y solo unos pocos se dan cuenta de esto. Eso es lo que nos gustaría cambiar. Tenemos que conseguir que más jóvenes se interesen por nuestro sector.
En relación más directa con nuestro vivero y los procesos empresariales, he empezado a mejorar algunas cosas, poco a poco. Cosas relativamente pequeñas, ante las que la primera reacción de mi padre suele ser “no, eso no está bien”, pero luego lo probamos y nos hace trabajar de una manera más eficiente, como la reorganización de la sala donde preparamos los pedidos. Al final, mi padre admite que, en realidad, sí que funciona mejor así. Ya tenemos un certificado MPSA+ y estoy trabajando para conseguir un certificado de calidad MPS-GAP, así que pronto se llevará a cabo una auditoría en este sentido. Estas son cosas en las que mis padres posiblemente no pensaron en el pasado, pero en las que debemos pensar ahora, para el futuro.
¿Qué le depara el futuro?
Creo que todavía hay espacio para expandirse un poco, para que el negocio crezca más. Mi padre solía decir que no quería expandirse, pero en cambio, ahora, sí quiere crecer. En la Universidad HAS me enseñaron que el estancamiento significa el declive en un negocio como el nuestro. Por lo tanto, me alegro de que aparentemente mi padre haya cambiado de opinión. Espero que tengamos muchas conversaciones sobre el futuro el año que viene, especialmente cuando mi hermano Ruud también esté en casa. Mis padres ya me hacen partícipe de los proyectos más importantes, por ejemplo, estamos pensando en construir un nuevo almacén, así que revisamos juntos los planos del arquitecto. Mi padre y mi madre construyeron este negocio desde cero, así que para ellos es difícil dejar que otros se ocupen de sus tareas, aunque mi padre lo lleva peor que mi madre. No obstante, con una comunicación abierta y hablando las cosas, estoy segura de que lo solucionaremos.
En el futuro, también me gustaría que nuestra gama de productos fuera lo más atractiva posible. Tenemos bastantes plantas especiales, patentadas, variedades que no se pueden encontrar fácilmente en ningún otro lugar. Es posible que tengamos que revisar nuestro surtido actual y hacer algunos cambios como, por ejemplo, tenemos 30 variedades de Pieris, ¿tenemos que mantener las 30? Podríamos añadir algo más, algo nuevo y emocionante. Mi mayor esperanza o sueño es crear mi propia variedad de planta y comercializarla. Sería fantástico.