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¿Está escuchando a sus plantas?
1
El cultivo autónomo podría marcar el futuro de la horticultura
2
Una alternativa eficaz y sostenible al deshierbe manual
3
Trasplantar... ¿sin trasplantar de verdad?
4
La automatización y la robotización son tendencias irreversibles
5
El sector de los invernaderos ornamentales está experimentando un cambio transformador con el auge de las técnicas de cultivo autónomas
El futuro a su alcance
Avances tecnológicos y realistas para que su vivero se adentre hoy en el futuro.
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En este artículo analizamos prometedores avances de alta tecnología, como los biosensores y el cultivo autónomo, así como opciones realistas y sostenibles que pueden ayudarle a llevar su vivero al futuro, hoy mismo.
La tecnología seguirá remodelando la forma de cultivar plantas: los expertos actuales coinciden en que la automatización y la robotización son tendencias irreversibles. Aunque estas tecnologías potencialmente revolucionarias están en auge, también existen soluciones menos futuristas que pueden tener un impacto positivo en su negocio y en el medio ambiente.
La tecnología y la innovación son inherentes al cultivo. En las últimas décadas se han generalizado soluciones revolucionarias, como las máquinas enmacetadoras, los sistemas mecanizados de climatización de invernaderos, los fertilizantes de liberación controlada y los sistemas de riego de precisión.
Wojciech Górka, viverista de formación y periodista apasionado que lleva más de 25 años dedicado a observar y describir el negocio ecológico, ofrece valiosas reflexiones sobre las últimas tendencias del sector de los viveros.
La automatización y la robotización son tendencias irreversibles
Creciente demanda del mercado
Según las observaciones de Górka, los viveros ornamentales se enfrentan en la actualidad a enormes retos motivados principalmente por el aumento de los costes de producción. "El acceso a los recursos hídricos, sujeto a estrictas normativas, es cada vez más difícil y caro. También han subido los precios de los fertilizantes y los sustratos. Además, los consumidores, de regiones como Gran Bretaña y Escandinavia, prefieren ahora plantas que no se produzcan en turba debido a su controvertida adquisición", afirma Górka. Los clientes también son cada vez más conscientes del impacto ambiental de los plásticos utilizados en la producción de plantas en contenedor. La disponibilidad de productos fitosanitarios para viveros ornamentales ha disminuido drásticamente, mientras que la expectativa de procesos y métodos de producción respetuosos con el medio ambiente que preserven los ecosistemas naturales y las poblaciones de polinizadores no ha hecho más que aumentar.
Con un gran interés por todos los aspectos del trabajo en los viveros, desde las máquinas y las tecnologías hasta la protección de las plantas y las nuevas variedades, Górka es un reconocido autor y editor de revistas como "Hasło Ogrodnicze", "Informator Sadowniczy", "Szkółkarstwo" y "European Fruit Magazine". También es miembro del jurado de los premios de prensa concedidos durante las exposiciones Plantarium y GrootGroen Plus. La amplia experiencia de Górka y su conocimiento personal de los principales viveristas europeos y americanos, junto con sus visitas a viveros, jardines botánicos y arboretos, han consolidado su pericia en este campo. En su tiempo libre, se ocupa de su propio jardín.
Sobre Wojchiech Górka
¿Sustituirán los robots a los humanos?
El mayor reto de los últimos años ha sido probablemente el aumento del coste de la mano de obra y la creciente dificultad para conseguir mano de obra cualificada. Cada vez menos personas quieren trabajar en el sector hortícola, ya que son reacias a enfrentarse a la imprevisibilidad del tiempo y a trabajar en condiciones duras. Górka observa: "En consecuencia, la popularidad de las tecnologías que sustituyen la mano de obra humana por dispositivos, máquinas e incluso robots parece un paso inevitable en los próximos años. Contrariamente a la creencia popular, los robots en los viveros no son máquinas de ciencia ficción. Empresas como Viscon Plant Technology y TTA ofrecen sistemas de replantación, clasificación, recorte, espaciado y transporte interno en viveros".
La variedad es un reto para la automatización
El acceso a maquinaria moderna que reduzca la dependencia de la mano de obra humana suele verse limitado por los recursos financieros de los viveristas y el grado de especialización de su negocio. "Mientras que la automatización puede resultar fácil para los viveros que suministran grandes lotes de productos homogéneos en varios tipos de recipientes, plantea mayores dificultades para las explotaciones más pequeñas que se centran en una amplia gama de taxones, pero producen cantidades más pequeñas", explica Górka. Algunas actividades que ya se han "robotizado" en otros sectores agrícolas, como el cultivo de hortalizas o frutas, siguen dependiendo del trabajo y la experiencia humanos en los viveros ornamentales. Ejemplos típicos son el injerto o la brotación, que se mecanizaron hace años en cultivos como el tomate y la vid, mientras que en la horticultura ornamental no vimos las primeras plantas injertadas por un robot hasta el otoño de 2023.
La experiencia humana sigue siendo inestimable
"Estoy convencido de que la automatización y la robotización de los viveros no tienen marcha atrás. Sin embargo, dada la naturaleza de la producción en viveros, es improbable que muchos de sus sectores se transformen rápidamente en fábricas de plantas 24 horas al día, 7 días a la semana. Por eso yo, y muchos otros especialistas, creemos que los empleados experimentados y dedicados seguirán siendo uno de los activos más valiosos para las empresas del sector de los viveros", concluye Górka.
Los empleados con experiencia y dedicación seguirán siendo uno de los activos más valiosos para las empresas del sector de los viveros.
Los robots en los viveros no son máquinas de ciencia ficción: son sistemas de trasplante, clasificación, recorte, espaciado y transporte.
Trasplantar... ¿sin trasplantar de verdad?
Las mini macetas de papel ya se utilizan habitualmente para esquejes, ya que favorecen el enraizamiento y facilitan la plantación mecánica en recipientes más grandes. ¿Y si se pudiera crear un sistema similar para plantas más grandes: macetas de papel que se pudieran trasplantar directamente al suelo o a un gran contenedor de producción final?
Replantar es una tarea laboriosa
Trasplantar plantas a macetas más grandes o al suelo es una tarea que requiere mucho tiempo y que sigue dependiendo de la sensibilidad y delicadeza humanas. Trasplantar miles de plantas supone muchas horas de trabajo. Aunque algunas partes de este proceso pueden automatizarse, aún no existen máquinas capaces de sacar las plantas de pequeños recipientes con seguridad.
Ecología y economía van de la mano
Inspirándose en las mini macetas de papel utilizadas para esquejes, la creación de un sistema de macetas de papel para plantas más grandes podría resolver problemas económicos y ecológicos. Las macetas de papel reducen el uso de plástico y eliminan el problema del reciclaje y la eliminación. Las ventajas económicas son evidentes: los productores pueden ahorrar mano de obra si no es necesario sacar manualmente las plantas de los contenedores antes de replantarlas.
Menor tiempo de producción
La idea de las macetas de papel más grandes surgió hace más de 10 años en EE.UU., gracias a la colaboración de especialistas de Blackmore, con sede en Michigan, e ingenieros daneses de la empresa Ellepot. Se creó un sistema denominado Jumbo Ellepots. La base son macetas de papel con un diámetro de hasta 120 mm que, junto con las plantas, se colocan en bandejas de producción reutilizables especiales, las llamadas Air Tray® (un esfuerzo conjunto de Blackmore-Ellepot USA y Proptek). Ese nombre está justificado, porque las bandejas proporcionan un excelente suministro de aire a las raíces. La consecuencia es el corte aéreo de las raíces principales en crecimiento (poda de raíces) y la formación intensiva de raíces de segundo orden, es decir, la compactación del cepellón, lo que facilita la aceptación de las plantas en un nuevo contenedor o en el suelo.
Éxito en muchos tipos de viveros ornamentales
El sistema se desarrolló originalmente para las necesidades de los viveros de frutales (para que las plantas jóvenes en macetas de papel pudieran plantarse en el suelo de forma rápida y segura), y también puede utilizarse con éxito en viveros ornamentales, por ejemplo, en la producción de grandes plantaciones públicas, en plantas para forestación, en material para plantaciones de árboles de Navidad o en la producción en contenedores P9.
Los ensayos de campo demostraron que las plantas producidas en Jumbo Ellepots y Air Tray® alcanzaban un tamaño comercial un 25% más rápido que las cultivadas en contenedores tradicionales.
Las macetas de papel reducen el uso de plástico y eliminan el problema del reciclaje y la eliminación. Las ventajas económicas son evidentes: los productores pueden ahorrar mano de obra si no es necesario sacar manualmente las plantas de los contenedores antes de replantarlas.
Los ensayos de campo demostraron que las plantas producidas en Jumbo Ellepots y Air Tray® alcanzaban un tamaño comercial un 25% más rápido que las cultivadas en contenedores tradicionales.
Una alternativa eficaz y sostenible al deshierbe manual
Desherbar las plantas de los contenedores es un trabajo manual que requiere mucha mano de obra, dificultado por la escasez de personal y los elevados costes. Los herbicidas tampoco son una opción, ya que hay pocos registrados para material ornamental, y su uso se percibe negativamente: los clientes prestan mucha atención al modo en que se han producido las plantas que llevan a sus casas y jardines. Nuevas formas sostenibles de acolchado pueden ser la respuesta.
Wojciech Górka, observador de tendencias en el negocio de los viveros.
El vivero francés Laforet produce plantas jóvenes, y vi que el mantillo consistía en tallos de Miscanthus triturados, cáscaras de alforfón y cascarillas de arroz. Su pequeño tamaño los hace perfectos para la producción en contenedores pequeños. Por lo que he oído, una capa de unos pocos milímetros es suficiente y dura más que la corteza tradicional
Más vale prevenir que curar
Hace unos años, aparecieron en el mercado discos de fieltro y de coco. La colocación de estos discos en las macetas limita el acceso de la luz al sustrato, lo que dificulta o impide la germinación de las malas hierbas. Los discos permiten el flujo de agua y aire, pero deben aplicarse a mano.
El acolchado con corteza triturada desempeña un papel comparable. Se trata de una práctica cotidiana totalmente automatizada en la producción de los viveros. Sin embargo, como la corteza de pino es cada vez más cara y difícil de obtener, los productores buscan nuevos materiales. Los residuos de la producción agrícola entran en juego, por ejemplo, el tamo de arroz, las cáscaras de trigo sarraceno, las cáscaras de semillas de girasol, así como los gránulos a base de paja o los tallos triturados de Miscanthus.
Mayor eficiencia, menores costes
Michał Stuchlik, de Ceres International, tiene una opinión similar: "En 2021 lanzamos SAN TOP, un mantillo a base de cáscaras de alforfón mezcladas con cola ecológica. Una capa de 5-6 mm protege eficazmente contra el desarrollo de malas hierbas. Una capa más fina, aplicada por una máquina, significa una eficacia aún mayor y menores costes de mantillo por planta. ¡Por ejemplo, 1 m3 de SAN TOP puede cubrir eficazmente unas 20.500 macetas P9! El riego activa el pegamento, que adhiere las escamas entre sí, convirtiéndolas en una especie de cáscara de huevo que cubre la maceta. Esta cáscara no puede volar ni derramarse fuera de la maceta, pero es permeable al agua y al aire".
Dependiendo de la disponibilidad, veremos que se utilizan materiales diferentes en distintas partes del mundo. En Estados Unidos, por ejemplo, donde se cultivan avellanas, se utilizan cáscaras de avellana trituradas como mantillo.
Una fina capa de SAN TOP puede aplicarse con una máquina, lo que aumenta la eficacia y reduce los costes de acolchado por planta.
El cultivo autónomo podría marcar el futuro de la horticultura
La aplicación de tecnologías avanzadas, como la robótica, la inteligencia artificial (IA) y las redes de sensores, tiene el potencial de revolucionar las prácticas de cultivo y dar forma al futuro de los viveros. El sector de los invernaderos ornamentales está experimentando un cambio transformador con el auge de las técnicas de cultivo autónomas.
Cultivar sin intervención humana
Por cultivo autónomo se entiende la automatización de los principales procesos de cultivo para cultivar sin intervención humana. En los últimos años, la investigación y el desarrollo de estas tecnologías se han centrado en los cultivos hortícolas de invernadero, especialmente el tomate, impulsados por la creciente demanda de alimentos frescos en todo el mundo.
La horticultura de invernadero, a la cabeza
Mientras que el sector ornamental se encuentra en la fase inicial de desarrollo de tecnologías de detección y automatización, ya se vislumbran las posibilidades del cultivo autónomo en hortalizas de invernadero. Los sistemas de control ambiental optimizan la temperatura, la humedad, la iluminación y los niveles de CO2 para crear las condiciones de cultivo ideales. Los sistemas precisos de riego y gestión de nutrientes ofrecen soluciones a medida, mientras que la robótica y la automatización realizan tareas como plantar, podar y cosechar. La supervisión y el análisis de datos permiten evaluar la salud de las plantas en tiempo real, detectar enfermedades y obtener información predictiva para optimizar el cultivo.
IA para optimizar el plan de cultivo
La adopción de técnicas de cultivo autónomas en el cultivo de hortalizas en invernadero presenta claras ventajas. Aumenta la eficiencia en el uso de los recursos, reduce los costes de mano de obra y mejora la calidad y consistencia de las cosechas. Los productores que utilizan sistemas de cultivo autónomos también informan de una mayor productividad, una mejor mitigación de los riesgos de enfermedad y una asignación optimizada de los recursos. Además, la integración de las tecnologías de IA e IoT permite la monitorización y gestión remotas, mejorando la flexibilidad operativa y la escalabilidad.
Se necesita más I+D para los cultivos ornamentales
El cultivo autónomo puede estar ganando impulso, pero los desafíos siguen siendo abundantes. La diversidad y complejidad de los cultivos ornamentales requieren soluciones personalizadas, por lo que es necesario seguir investigando y desarrollando. Además, la demanda del mercado y los factores económicos influyen en el ritmo de la innovación. Sin embargo, a medida que avanza la tecnología y crece el interés del sector, podemos esperar sistemas autónomos a medida diseñados específicamente para cultivos ornamentales, que fomenten prácticas de cultivo sostenibles y eficientes.
En las hortalizas de invernadero, la IA ya se utiliza para controlar de forma autónoma las instalaciones del invernadero con el fin de realizar el plan de cultivo establecido por el productor
¿Está escuchando a sus plantas?
Los biosensores de la empresa suiza Vivent miden las bioseñales de la planta 24 horas al día, 7 días a la semana, en tiempo real. La Inteligencia Artificial (IA) traduce estos datos en información práctica: los productores obtienen información instantánea sobre la respuesta de la planta a las estrategias de cultivo y los tratamientos. ¿La planta está desequilibrada? Los productores reciben una notificación en su portátil o smartphone, para que puedan buscar la causa y tomar las medidas adecuadas para optimizar su cultivo. Una manera más rápida y eficaz de lo que es posible en la actualidad.
El eslabón perdido para el cultivo autónomo
"Estamos en las primeras fases de esta tecnología, pero éste podría ser el eslabón perdido para el cultivo autónomo", afirma Carl Rentes, director comercial de Vivent. "La horticultura está avanzada en la observación y medición de lo que ocurre alrededor de la planta: pensemos en cámaras y sensores que controlan el clima en un invernadero, la luz, la humedad, la temperatura y el CO2. Lo que estamos haciendo ahora es revelar información del interior de la planta. Esto nos da toda una serie de datos valiosos que antes no estaban disponibles".
Las plantas se comunican
Las células vegetales se comunican entre sí, entre otras cosas, mediante señales electrofísicas, como un electrocardiograma. Esas bioseñales pueden captarse con biosensores. Cada señal tiene su propio estímulo, como condiciones climáticas, enfermedades o carencias de nutrientes. Al eliminar un nutriente de forma controlada, por ejemplo, la IA puede detectar la bioseñal única que indica que la planta está experimentando una deficiencia de ese nutriente.
Algoritmos para el estrés por sequía y las deficiencias de nutrientes
Vivent está utilizando su creciente colección de datos electrofísicos relacionados con las plantas y la tecnología de aprendizaje automático para detectar las situaciones específicas con una precisión cada vez mayor. La empresa ya ha desarrollado algoritmos para detectar el estrés por sequía y las carencias de nutrientes. Actualmente están realizando pruebas en Phalaenopsis, hortensias, bromelias y lirios de maceta.
"Lo bueno es que las bioseñales son bastante idénticas, así que una vez que se reconocen las señales y se ha entrenado el algoritmo en Phalaenopsis, basta una simple calibración para entrenar el modelo para Hortensias, por ejemplo", explica Rentes.
La IA puede detectar la bioseñal única que indica que una planta sufre una deficiencia
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Trasplantar... ¿sin trasplantar de verdad?
4
La automatización y la robotización son tendencias irreversibles
5
Creciente demanda del mercado
Según las observaciones de Górka, los viveros ornamentales se enfrentan en la actualidad a enormes retos motivados principalmente por el aumento de los costes de producción. "El acceso a los recursos hídricos, sujeto a estrictas normativas, es cada vez más difícil y caro. También han subido los precios de los fertilizantes y los sustratos. Además, los consumidores, de regiones como Gran Bretaña y Escandinavia, prefieren ahora plantas que no se produzcan en turba debido a su controvertida adquisición", afirma Górka. Los clientes también son cada vez más conscientes del impacto ambiental de los plásticos utilizados en la producción de plantas en contenedor. La disponibilidad de productos fitosanitarios para viveros ornamentales ha disminuido drásticamente, mientras que la expectativa de procesos y métodos de producción respetuosos con el medio ambiente que preserven los ecosistemas naturales y las poblaciones de polinizadores no ha hecho más que aumentar.
La variedad es un reto para la automatización
El acceso a maquinaria moderna que reduzca la dependencia de la mano de obra humana suele verse limitado por los recursos financieros de los viveristas y el grado de especialización de su negocio. "Mientras que la automatización puede resultar fácil para los viveros que suministran grandes lotes de productos homogéneos en varios tipos de recipientes, plantea mayores dificultades para las explotaciones más pequeñas que se centran en una amplia gama de taxones, pero producen cantidades más pequeñas", explica Górka. Algunas actividades que ya se han "robotizado" en otros sectores agrícolas, como el cultivo de hortalizas o frutas, siguen dependiendo del trabajo y la experiencia humanos en los viveros ornamentales. Ejemplos típicos son el injerto o la brotación, que se mecanizaron hace años en cultivos como el tomate y la vid, mientras que en la horticultura ornamental no vimos las primeras plantas injertadas por un robot hasta el otoño de 2023.
La experiencia humana sigue siendo inestimable
"Estoy convencido de que la automatización y la robotización de los viveros no tienen marcha atrás. Sin embargo, dada la naturaleza de la producción en viveros, es improbable que muchos de sus sectores se transformen rápidamente en fábricas de plantas 24 horas al día, 7 días a la semana. Por eso yo, y muchos otros especialistas, creemos que los empleados experimentados y dedicados seguirán siendo uno de los activos más valiosos para las empresas del sector de los viveros", concluye Górka.
Los robots en los viveros no son máquinas de ciencia ficción: son sistemas de trasplante, clasificación, recorte, espaciado y transporte.
Con un gran interés por todos los aspectos del trabajo en los viveros, desde las máquinas y las tecnologías hasta la protección de las plantas y las nuevas variedades, Górka es un reconocido autor y editor de revistas como "Hasło Ogrodnicze", "Informator Sadowniczy", "Szkółkarstwo" y "European Fruit Magazine". También es miembro del jurado de los premios de prensa concedidos durante las exposiciones Plantarium y GrootGroen Plus. La amplia experiencia de Górka y su conocimiento personal de los principales viveristas europeos y americanos, junto con sus visitas a viveros, jardines botánicos y arboretos, han consolidado su pericia en este campo. En su tiempo libre, se ocupa de su propio jardín.
¿Sustituirán los robots a los humanos?
El mayor reto de los últimos años ha sido probablemente el aumento del coste de la mano de obra y la creciente dificultad para conseguir mano de obra cualificada. Cada vez menos personas quieren trabajar en el sector hortícola, ya que son reacias a enfrentarse a la imprevisibilidad del tiempo y a trabajar en condiciones duras. Górka observa: "En consecuencia, la popularidad de las tecnologías que sustituyen la mano de obra humana por dispositivos, máquinas e incluso robots parece un paso inevitable en los próximos años. Contrariamente a la creencia popular, los robots en los viveros no son máquinas de ciencia ficción. Empresas como Viscon Plant Technology y TTA ofrecen sistemas de replantación, clasificación, recorte, espaciado y transporte interno en viveros".
Sobre Wojchiech Górka
Los empleados con experiencia y dedicación seguirán siendo uno de los activos más valiosos para las empresas del sector de los viveros.
Wojciech Górka, viverista de formación y periodista apasionado que lleva más de 25 años dedicado a observar y describir el negocio ecológico, ofrece valiosas reflexiones sobre las últimas tendencias del sector de los viveros.
La automatización y la robotización son tendencias irreversibles
Wojciech Górka, observador de tendencias en el negocio de los viveros.
El vivero francés Laforet produce plantas jóvenes, y vi que el mantillo consistía en tallos de Miscanthus triturados, cáscaras de alforfón y cascarillas de arroz. Su pequeño tamaño los hace perfectos para la producción en contenedores pequeños. Por lo que he oído, una capa de unos pocos milímetros es suficiente y dura más que la corteza tradicional
Más vale prevenir que curar
Hace unos años, aparecieron en el mercado discos de fieltro y de coco. La colocación de estos discos en las macetas limita el acceso de la luz al sustrato, lo que dificulta o impide la germinación de las malas hierbas. Los discos permiten el flujo de agua y aire, pero deben aplicarse a mano.
El acolchado con corteza triturada desempeña un papel comparable. Se trata de una práctica cotidiana totalmente automatizada en la producción de los viveros. Sin embargo, como la corteza de pino es cada vez más cara y difícil de obtener, los productores buscan nuevos materiales. Los residuos de la producción agrícola entran en juego, por ejemplo, el tamo de arroz, las cáscaras de trigo sarraceno, las cáscaras de semillas de girasol, así como los gránulos a base de paja o los tallos triturados de Miscanthus.
Mayor eficiencia, menores costes
Michał Stuchlik, de Ceres International, tiene una opinión similar: "En 2021 lanzamos SAN TOP, un mantillo a base de cáscaras de alforfón mezcladas con cola ecológica. Una capa de 5-6 mm protege eficazmente contra el desarrollo de malas hierbas. Una capa más fina, aplicada por una máquina, significa una eficacia aún mayor y menores costes de mantillo por planta. ¡Por ejemplo, 1 m3 de SAN TOP puede cubrir eficazmente unas 20.500 macetas P9! El riego activa el pegamento, que adhiere las escamas entre sí, convirtiéndolas en una especie de cáscara de huevo que cubre la maceta. Esta cáscara no puede volar ni derramarse fuera de la maceta, pero es permeable al agua y al aire".
Dependiendo de la disponibilidad, veremos que se utilizan materiales diferentes en distintas partes del mundo. En Estados Unidos, por ejemplo, donde se cultivan avellanas, se utilizan cáscaras de avellana trituradas como mantillo.
Éxito en muchos tipos de viveros ornamentales
El sistema se desarrolló originalmente para las necesidades de los viveros de frutales (para que las plantas jóvenes en macetas de papel pudieran plantarse en el suelo de forma rápida y segura), y también puede utilizarse con éxito en viveros ornamentales, por ejemplo, en la producción de grandes plantaciones públicas, en plantas para forestación, en material para plantaciones de árboles de Navidad o en la producción en contenedores P9.
Los ensayos de campo demostraron que las plantas producidas en Jumbo Ellepots y Air Tray® alcanzaban un tamaño comercial un 25% más rápido que las cultivadas en contenedores tradicionales.
Trasplantar... ¿sin trasplantar de verdad?
Menor tiempo de producción
La idea de las macetas de papel más grandes surgió hace más de 10 años en EE.UU., gracias a la colaboración de especialistas de Blackmore, con sede en Michigan, e ingenieros daneses de la empresa Ellepot. Se creó un sistema denominado Jumbo Ellepots. La base son macetas de papel con un diámetro de hasta 120 mm que, junto con las plantas, se colocan en bandejas de producción reutilizables especiales, las llamadas Air Tray® (un esfuerzo conjunto de Blackmore-Ellepot USA y Proptek). Ese nombre está justificado, porque las bandejas proporcionan un excelente suministro de aire a las raíces. La consecuencia es el corte aéreo de las raíces principales en crecimiento (poda de raíces) y la formación intensiva de raíces de segundo orden, es decir, la compactación del cepellón, lo que facilita la aceptación de las plantas en un nuevo contenedor o en el suelo.
Los ensayos de campo demostraron que las plantas producidas en Jumbo Ellepots y Air Tray® alcanzaban un tamaño comercial un 25% más rápido que las cultivadas en contenedores tradicionales.
Ecología y economía van de la mano
Inspirándose en las mini macetas de papel utilizadas para esquejes, la creación de un sistema de macetas de papel para plantas más grandes podría resolver problemas económicos y ecológicos. Las macetas de papel reducen el uso de plástico y eliminan el problema del reciclaje y la eliminación. Las ventajas económicas son evidentes: los productores pueden ahorrar mano de obra si no es necesario sacar manualmente las plantas de los contenedores antes de replantarlas.
Replantar es una tarea laboriosa
Trasplantar plantas a macetas más grandes o al suelo es una tarea que requiere mucho tiempo y que sigue dependiendo de la sensibilidad y delicadeza humanas. Trasplantar miles de plantas supone muchas horas de trabajo. Aunque algunas partes de este proceso pueden automatizarse, aún no existen máquinas capaces de sacar las plantas de pequeños recipientes con seguridad.
Las macetas de papel reducen el uso de plástico y eliminan el problema del reciclaje y la eliminación. Las ventajas económicas son evidentes: los productores pueden ahorrar mano de obra si no es necesario sacar manualmente las plantas de los contenedores antes de replantarlas.
Las mini macetas de papel ya se utilizan habitualmente para esquejes, ya que favorecen el enraizamiento y facilitan la plantación mecánica en recipientes más grandes. ¿Y si se pudiera crear un sistema similar para plantas más grandes: macetas de papel que se pudieran trasplantar directamente al suelo o a un gran contenedor de producción final?
Una alternativa eficaz y sostenible al deshierbe manual
Desherbar las plantas de los contenedores es un trabajo manual que requiere mucha mano de obra, dificultado por la escasez de personal y los elevados costes. Los herbicidas tampoco son una opción, ya que hay pocos registrados para material ornamental, y su uso se percibe negativamente: los clientes prestan mucha atención al modo en que se han producido las plantas que llevan a sus casas y jardines. Nuevas formas sostenibles de acolchado pueden ser la respuesta.
Una fina capa de SAN TOP puede aplicarse con una máquina, lo que aumenta la eficacia y reduce los costes de acolchado por planta.
Algoritmos para el estrés por sequía y las deficiencias de nutrientes
Vivent está utilizando su creciente colección de datos electrofísicos relacionados con las plantas y la tecnología de aprendizaje automático para detectar las situaciones específicas con una precisión cada vez mayor. La empresa ya ha desarrollado algoritmos para detectar el estrés por sequía y las carencias de nutrientes. Actualmente están realizando pruebas en Phalaenopsis, hortensias, bromelias y lirios de maceta.
"Lo bueno es que las bioseñales son bastante idénticas, así que una vez que se reconocen las señales y se ha entrenado el algoritmo en Phalaenopsis, basta una simple calibración para entrenar el modelo para Hortensias, por ejemplo", explica Rentes.
Las plantas se comunican
Las células vegetales se comunican entre sí, entre otras cosas, mediante señales electrofísicas, como un electrocardiograma. Esas bioseñales pueden captarse con biosensores. Cada señal tiene su propio estímulo, como condiciones climáticas, enfermedades o carencias de nutrientes. Al eliminar un nutriente de forma controlada, por ejemplo, la IA puede detectar la bioseñal única que indica que la planta está experimentando una deficiencia de ese nutriente.
El eslabón perdido para el cultivo autónomo
La IA puede detectar la bioseñal única que indica que una planta sufre una deficiencia
"Estamos en las primeras fases de esta tecnología, pero éste podría ser el eslabón perdido para el cultivo autónomo", afirma Carl Rentes, director comercial de Vivent. "La horticultura está avanzada en la observación y medición de lo que ocurre alrededor de la planta: pensemos en cámaras y sensores que controlan el clima en un invernadero, la luz, la humedad, la temperatura y el CO2. Lo que estamos haciendo ahora es revelar información del interior de la planta. Esto nos da toda una serie de datos valiosos que antes no estaban disponibles".
Se necesita más I+D para los cultivos ornamentales
El cultivo autónomo puede estar ganando impulso, pero los desafíos siguen siendo abundantes. La diversidad y complejidad de los cultivos ornamentales requieren soluciones personalizadas, por lo que es necesario seguir investigando y desarrollando. Además, la demanda del mercado y los factores económicos influyen en el ritmo de la innovación. Sin embargo, a medida que avanza la tecnología y crece el interés del sector, podemos esperar sistemas autónomos a medida diseñados específicamente para cultivos ornamentales, que fomenten prácticas de cultivo sostenibles y eficientes.
IA para optimizar el plan de cultivo
La adopción de técnicas de cultivo autónomas en el cultivo de hortalizas en invernadero presenta claras ventajas. Aumenta la eficiencia en el uso de los recursos, reduce los costes de mano de obra y mejora la calidad y consistencia de las cosechas. Los productores que utilizan sistemas de cultivo autónomos también informan de una mayor productividad, una mejor mitigación de los riesgos de enfermedad y una asignación optimizada de los recursos. Además, la integración de las tecnologías de IA e IoT permite la monitorización y gestión remotas, mejorando la flexibilidad operativa y la escalabilidad.
Cultivar sin intervención humana
La horticultura de invernadero, a la cabeza
Mientras que el sector ornamental se encuentra en la fase inicial de desarrollo de tecnologías de detección y automatización, ya se vislumbran las posibilidades del cultivo autónomo en hortalizas de invernadero. Los sistemas de control ambiental optimizan la temperatura, la humedad, la iluminación y los niveles de CO2 para crear las condiciones de cultivo ideales. Los sistemas precisos de riego y gestión de nutrientes ofrecen soluciones a medida, mientras que la robótica y la automatización realizan tareas como plantar, podar y cosechar. La supervisión y el análisis de datos permiten evaluar la salud de las plantas en tiempo real, detectar enfermedades y obtener información predictiva para optimizar el cultivo.
En las hortalizas de invernadero, la IA ya se utiliza para controlar de forma autónoma las instalaciones del invernadero con el fin de realizar el plan de cultivo establecido por el productor
Por cultivo autónomo se entiende la automatización de los principales procesos de cultivo para cultivar sin intervención humana. En los últimos años, la investigación y el desarrollo de estas tecnologías se han centrado en los cultivos hortícolas de invernadero, especialmente el tomate, impulsados por la creciente demanda de alimentos frescos en todo el mundo.
¿Está escuchando a sus plantas?
Los biosensores de la empresa suiza Vivent miden las bioseñales de la planta 24 horas al día, 7 días a la semana, en tiempo real. La Inteligencia Artificial (IA) traduce estos datos en información práctica: los productores obtienen información instantánea sobre la respuesta de la planta a las estrategias de cultivo y los tratamientos. ¿La planta está desequilibrada? Los productores reciben una notificación en su portátil o smartphone, para que puedan buscar la causa y tomar las medidas adecuadas para optimizar su cultivo. Una manera más rápida y eficaz de lo que es posible en la actualidad.
El cultivo autónomo podría marcar el futuro de la horticultura
La aplicación de tecnologías avanzadas, como la robótica, la inteligencia artificial (IA) y las redes de sensores, tiene el potencial de revolucionar las prácticas de cultivo y dar forma al futuro de los viveros. El sector de los invernaderos ornamentales está experimentando un cambio transformador con el auge de las técnicas de cultivo autónomas.
Una alternativa eficaz y sostenible al deshierbe manual
3
El cultivo autónomo podría marcar el futuro de la horticultura
2
El futuro a su alcance
¿Está escuchando a sus plantas?
1
En este artículo analizamos prometedores avances de alta tecnología, como los biosensores y el cultivo autónomo, así como opciones realistas y sostenibles que pueden ayudarle a llevar su vivero al futuro, hoy mismo.
La tecnología seguirá remodelando la forma de cultivar plantas: los expertos actuales coinciden en que la automatización y la robotización son tendencias irreversibles. Aunque estas tecnologías potencialmente revolucionarias están en auge, también existen soluciones menos futuristas que pueden tener un impacto positivo en su negocio y en el medio ambiente.
La tecnología y la innovación son inherentes al cultivo. En las últimas décadas se han generalizado soluciones revolucionarias, como las máquinas enmacetadoras, los sistemas mecanizados de climatización de invernaderos, los fertilizantes de liberación controlada y los sistemas de riego de precisión.
Avances tecnológicos y realistas para que su vivero se adentre hoy en el futuro.